Dos hombres aguardan en una habitación miserable, que ni siquiera cuenta con lo indispensable para hacer café, mientras pasan el rato discutiendo sobre fútbol y titulares del diario. A medida que avanza el diálogo, advertimos que se trata de dos sicarios que pasan el tiempo en diferentes lugares, a la espera de recibir llamadas telefónicas para acatar órdenes.  

La propuesta escénica de NÓMADES lleva al espectador a convertirse en un observador desapasionado de la realidad y lo invita a esperar junto a estos dos asesinos. En la habitación, ellos se sienten a salvo, aunque esta misma certeza los pone nerviosos ante cualquier signo de intrusión. Al rato, el lugar empieza a verse intervenido por acciones externas que amenazan la seguridad del espacio.  

Inspirada en El Montaplatos de Harold Pinter, este montaje busca situar las problemáticas de la época en el Chile de hoy, sumido en el vicio de la corrupción y de las apariencias; y donde han aparecido delitos antes no registrados como el secuestro, la extorsión y el sicariato.